Reto
En un contexto digital donde los deepfakes y la suplantación de identidad han crecido un alarmante 2137% en apenas tres años, Santander necesitaba alertar y educar a sus clientes sin caer en el miedo paralizante. El desafío era convertir la ciberseguridad, un tema habitualmente técnico y frío, en un mensaje universal, emocional y fácil de entender para cualquier generación.
Idea
Nos dimos cuenta de que el primer deepfake de la historia no lo creó una IA, sino que estaba escrito en un cuento infantil desde hace siglos. Por eso, utilizamos la fábula de Caperucita Roja como vehículo para explicar una amenaza del siglo XXI: el lobo ya no se disfraza con camisones en el bosque, ahora usa la voz y el rostro de quienes más confías a través de una pantalla. Posicionamos a Santander como el “leñador” moderno: la voz de la conciencia y la herramienta de seguridad que te permite verificar la verdad.
Resultado
Manteniendo la inversión habitual, logramos los objetivos con 20 millones de impresiones y más de 15 millones de visualizaciones totales. Las píldoras alcanzaron un 64% de engagement rate, demostrando que cuando el contenido aporta valor real y utilidad, la audiencia no solo mira, sino que conecta y aprende. La universalidad de la campaña permitió una implementación global, adaptando la campaña para mercados clave como Reino Unido, Portugal, México, Uruguay, Argentina, Chile y Colombia.


