mandemos el 2020 a la mierda

Mandemos el 2020 a la mierda…

Si algo teníamos claro en Summer es que éste iba a ser un año sin una Navidad tal y como la entendemos. 


Organizar una cena de empresa o enviar jamones y botellas de vino a los clientes en unas circunstancias como éstas es, además de casi imposible, una demostración de insensibilidad.

Sin embargo, sentíamos que de algún modo debíamos homenajear a nuestros clientes, a los compañeros del sector y a cualquiera que nos prestase oídos por haber plantado cara a este maldito 2020.

Un año kafkiano, distópico, ruinoso, doloroso, aburrido. Un año de mierda, vamos. Y en cuanto esa palabra (mierda) apareció en la conversación, descubrimos cuál iba a ser nuestro regalo: una canción. Pero no una canción cualquiera, una verdadera mierda de canción para despedir como corresponde a un año de mierda.

El verdadero reto estribaba en conseguir que la pieza tuviera un regusto precisamente mierderillo, como hecho de cualquier manera, y que al mismo tiempo mostrase la calidad que merece un regalo hecho con cariño. Buscábamos un resultado entrañable, un obsequio self made, que son los que más ilusión hacen.
Por eso la letra ha sido realizada por nuestro director creativo, Nacho Herranz, y no por un letrista profesional. De la música (pegadiza como un chicle en un zapato) se encargó el compositor Pablo Parser, un músico que ha realizado y realiza partituras memorables para el cine y la publicidad. 


Puede decirse que esta canción ha sido compuesta por teléfono. Un constante peloteo entre Pablo y Nacho, una serie de iteraciones con Ramón y Antonio, y después de 5 versiones de la letra el tema acabó tomando la forma que deseábamos, la de un himno sereno, sin cinismo ni grandilocuencia. Una canción en la que todos podamos sentirnos retratados y con la que nadie pueda sentirse ofendido. El humor era un mandatory, porque en estos momentos una sonrisa vale más que todos los jamones y champañas del mundo. 


Una vez resuelta la parte musical, teníamos delante el desafío de crear un videoclip que transmitiese cierta entrañable imperfección sin que resultase una chapuza absoluta. 

Ahí tuvimos que tomar la decisión más difícil, la de renunciar a  un ilustrador profesional para que nuestro regalo self made no pareciera comprado en unos grandes almacenes. Al final apostamos por el estilo de dibujo que utilizó Nacho para el story board del vídeo.

El tema es que Nacho no se considera ilustrador, “de hecho siempre he sido redactor, pero desde niño me ha apasionado dibujar a mi manera, sin virtuosismo, sin haber tomado una sola clase, pero representando las expresiones con relativa exactitud.” Esto son palabras suyas, en realidad es un crack!


Para dar vida a esa “mierda” de dibujos hemos contado con el animador Rafa Cota, quien ha encontrado un equilibrio perfecto entre la eficacia en la animación y el acabado casero que buscábamos.

Rafa Cota

En cuanto al contenido, la canción es un homenaje en clave positiva y cercana a un país que ha sabido mantener el tipo durante 10 meses en los que nos hemos visto confinados, obligados a vivir con mascarillas y distancia se seguridad, en el que el verano ha sido una caricatura de lo que entendemos por vacaciones y en el que hemos vivido dentro de una videoconferencia sin fin.

También hacemos un guiño a un período en el que los informativos y las tertulias han acaparado más atención que nunca, mostrando a algunos de los personajes que más impacto mediático han tenido en 2020: Donald Trump, Miguel Bosé, Fernando Simón, Ibai Llanos o Isabel Díaz Ayuso.

Esperamos que os guste… y compartáis mucha mierda entre todas las personas a las que queréis 🙂

¡Feliz 2021!

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